Seguramente os habéis preguntado alguna vez si es útil a nivel nutricional, añadir especias en nuestra cocina casera. Hoy quiero repasar con vosotros las que se usan de forma habitual.
Las especias y aliños en general, tienen la propiedad de estimular los jugos gástricos preparando el estomago para la digestión.
Los picantes tienen la propiedad de fluidificar las mucosas en los pulmones y ayudar a expectorar.
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Mostaza: Tiene propiedades diuréticas y vitaminas A, C y hierro. Es antiinflamatoria, relajante muscular y alivia los dolores articulares. Perfecta para asociar a carnes rojas o proteínas contundentes para que no retengan líquidos.
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Perejil: El perejil es uno de los alimentos con más vitamina C del catálogo, y sobre todo cuando lo usamos en fresco. Tiene la interesante propiedad de eliminar la sudoración excesiva.
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Pimienta: Contiene piperina y capsicina, sustancias a la que deben su sabor picante y provoca la secreción de jugos digestivos. Aunque parece fuerte para nuestro aparato digestivo, la pimienta es capaz de ayudar a reducir los gases intestinales.
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Orégano: Es un antitusivo natural estupendo. Alivia la tos y las secreciones bronquiales.
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Albahaca: Es capaz de aumentar la secreción de la leche materna. Por eso es interesante utilizarla en fresco durante la lactancia, para hacer salsas de tomate y pistos con verduras variadas.
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Vinagre: Tiene un efecto aperitivo, perfecto para los más inapetentes. Úsalo en ensaladas o cremas de legumbre sazonando con solo unas gotitas. El ketchup es el ejemplo perfecto de como unas gotas de vinagre causan sensación en los menos interesados por la comida.
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Mayonesa: Es una bomba nutricional en el buen sentido. Sus ingredientes son la base de la alimentación. Hay pocas personas a las que no les gusta la mayonesa, y les produce verdadera aversión. Todo es mucho más apetecible con un toque de mayonesa, pero ojo, porque es uno de los alimentos más calóricos que existen.
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Salsa de soja: Tiene propiedades remineralizantes y digestivas. Los orientales le otorgan propiedades generadoras de energía yang, fomentando actitudes más activas en las personas débiles o pasivas. Curioso, ¿verdad? Se elabora mediante un proceso de fermentación de granos de soja con trigo, agua y sal, que aporta bacterias positivas para nuestro intestino.