
El otro día, una persona me contó como su vecina, que sabe mucho de nutrición y temas de salud…, le dijo que dejara de tomar cereales. Profundicé un poco más en los consejos recibidos y descubrí que también le indicó que se centrara en lácteos, carnes y arroz. ¡Pero si el arroz también es un cereal!
Gracias a esta anécdota y tantas otras, me doy cuenta de que muchas personas no saben qué alimentos pertenecen al conjunto llamado “cereales” y saber esto, es algo muy importante.
Los cereales son la base de la alimentación de toda la humanidad. Son alimentos que contienen los cinco elementos básicos de la nutrición: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Parece que solo usamos el nombre de cereales para referirnos a los de desayuno, pero con ellos también se hace el pan, las pastas, los pasteles, las galletas, las pizzas, los copos para papillas, las barritas energéticas…Están presentes en nuestra dieta a diario.
La mayor parte de los cereales que consumimos son refinados; se les ha eliminado su cáscara que es el salvado. Para aprovechar mejor sus propiedades, deberíamos tomarlos siempre integrales.
Estos son los más interesantes para la nutrición diaria:
Avena: Es remineralizante y reconstituyente. Destaca por su contenido en proteínas y sus grasas poliinsaturadas (ácido linoleico). Contiene vitaminas B1, B2, B3 y E, y minerales como el calcio, el magnesio, el fósforo o el hierro. Es estupendo en forma de papilla de copos para el desayuno de las personas con mucho desgaste físico en deporte o trabajo.
Centeno: Se consumía en las zonas rurales hace medio siglo porque podía conservarse fresco durante mucho tiempo. Actualmente ha vuelto a resurgir como una buena alternativa para los intolerantes al trigo. Presenta un alto contenido en proteínas solubles, un 34% de albúminas y globulinas, lo que implica un estupendo aporte de aminoácidos esenciales como la lisina.
Quínoa: Esta me encanta. Tenéis que probarla. Es considerada uno de los mejores alimentos del mundo vegetal. Tanto es así que la NASA la ha seleccionado para que sea alimento para los astronautas. En nuestro país su consumo no está muy extendido, pero podemos encontrarlo en tiendas de dietética y especializados en productos sudamericanos. Es muy rica en hidratos de carbono complejos, grasas insaturadas y proteínas de alto valor biológico, ya que presentan los veinte aminoácidos (incluidos los diez esenciales). Aporta fibra y no tiene gluten.
Historiadores y antropólogos constataron que los pueblos sudamericanos que la consumen no padecían descalcificación de los huesos gracias a su riqueza en calcio, magnesio y fósforo.
Arroz: Es uno de los cereales más fáciles de digerir y no tiene gluten. Perfecto para los celíacos. Es una buena fuente de hidratos de carbono. La alternativa integral es infinitamente más interesante a nivel nutricional que el arroz blanco. Controla los niveles de azúcar y equilibra el sistema nervioso.
Arroz salvaje: Es especialmente rico en lisina y metionina, uno de los aminoácidos relacionados con la prevención del envejecimiento prematuro. Es capaz de absorber hasta cuatro veces su peso en agua.
Maíz: Es uno de los pocos cereales ricos en vitamina A y al no contener gluten, es el primer alimento que se introduce en la alimentación de los bebés tras la leche materna o primer biberón. Es suave en proteínas pero muy energético.
Trigo: Es uno de los alimentos más completos que existen, rico en hidratos, proteínas, vitaminas y minerales. Por su estructura molecular y posiblemente por los tratamientos genéticos a los que se someten las semillas, en estos últimos años se ha visto un aumento importante de las intolerancias a este cereal.
El salvado es el producto derivado de la molienda de algunos cereales que se ha puesto de moda tremendamente con las dietas hiperproteicas tan pobres en fibra. Añade un efecto laxante a la dieta, resulta saciante, ayuda a reducir el colesterol y, como cualquier otra fibra, controla los niveles de azúcar en sangre.
Trigo sarraceno: Dentro de loa nutrición macrobiótica, que se basa en el consumo de granos de cereal con verduras y cocciones muy controladas, el trigo sarraceno es uno de los alimentos más utilizados. También es muy consumido en Rusia. Se recomienda su consumo a personas con varices y problemas de circulación. También tiene propiedades antiinflamatorias y baja el colesterol por su contenido en ácido oleico, linoleico, palmítico y linolénico.
¡Hola Laura! A raíz del tema “cereales” me gustaría consultarte sobre la leche de avena. Llevo tiempo viendo en el super este tipo de leche y nunca me atrevo a comprarla porque no conozco sus propiedades ni cómo utilizarla (en caliente, en frío, con café o chocolate, para postres…). Hace unos meses en un hotel me ofrecieron un desayuno “antiox” que probé y ¡me alucinó! Entre otras cosas había leches de avena, de nuez y de almendras. Probé todas (en un vasito tamañano chupito). Iban servidas en frío y me encantaron, especialmente la de almendras. Al llegar a casa me surgió la misma duda que con la leche de avena. ¿Se pueden tomar a cualquier hora del día? ¿Son muy calóricas? ¿Las recomiendas para alguna dieta concreta? Me ayudaría mucho una respuesta tuya, me encanta tu blog y te sigo desde hace tiempo…¡me fío de ti 100%! Gracias y un saludo desde Oviedo
Hola Elena. Me alegro un montón que te sirvan mis consejos. Las leches de cereales y frutos secos son muy potentes como alimento y hay que tomarlas con cuidado porque algunas engordan la tira. Son leches que con muy poca cantidad ya aportan su sabor y propiedades. Ojo con la leche de avena y almendra. La de arroz es más ligera y sobre todo no abre e apetito, como la de avena. Usalás tranquila pero controla la cantidad. medio vaso al dia es suficiente. ¡Un saludo y gracias por tu pregunta!