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Cuando vemos las algas en la playa, flotando en la orilla, muertas o fermentando al sol, no nos apetece nada encontrárnoslas en un plato, pero son un manjar exquisito que tenemos que probar si aún no lo hemos hecho. Son verduras como las demás, aunque procedan del mar, y cocinadas adecuadamente son una opción nutritiva muy especial, para aportar a nuestras recetas de siempre un toque diferente y súper saludable.
Las verduras marinas contienen entre diez y veinte veces más minerales que las terrestres. Van absorbiendo los nutrientes del mar, actuando como policías de la contaminación, ya que sólo pueden crecer en aguas limpias y no retienen contaminantes.
Son muy ricas en hierro, calcio, potasio, magnesio y yodo, de hecho, si consumimos algas con frecuencia podemos prescindir de usar sal yodada para prevenir el bocio. También son una buena fuente de vitaminas, salvo la B12, que rara vez se encuentra en alimentos de origen vegetal.
Se comercializan secas, para que se conserven durante meses y no pierdan su sabor. Debemos lavarlas y dejarlas en remojo para que recuperen su volumen antes de consumirlas. Algunas pueden usarse sin más tras el remojo y otras debemos cocerlas antes de añadirlas a la receta final. Algunas de las algas más conocidas son:
Kombu: Es un alga marrón de hojas lisas y brillantes que debemos cocer antes de consumir. Hervida podemos crear un caldo o consomé suave que nos sirva como base de sopas, potajes o estofados. Queda genial en un puré de patata y puerros, o el tipico de calabacín. Frita en tiritas es otra forma deliciosa de consumirla y muy rápida de preparar.
Wakame: Es un alga marrón parecida a la kombu, aunque cuando están en remojo de distinguen claramente. Es especialmente rica en calcio, de textura ligera y sabor neutro. Con tres minutos en remojo ya está lista para añadirla a ensaladas, aliños, ensaladillas, paellas…
Dulse: Es de color rojo y es el alga más rica en hierro. Es un buen complemento genial para la dieta de mujeres embarazadas, lactantes o adolescentes. Es muy ligera y no podemos dejarla mucho en remojo porque se deshace. Podemos tomarla cruda en ensaladas o añadírsela a los purés o cremas de verduras, potajes o incluso a la pasta.
Hiziki: Tiene un sabor más fuerte que las demás y debemos prepararla con más atención, ya que debemos dejarla en remojo unos treinta minutos. Tenemos que tener cuidado con la cantidad que preparamos porque se expande mucho al hidratarse. Después la cocemos bien. Es estupenda para salteados de verduras y combina muy bien con la cebolla, la zanahoria, la col…
Arame: Otra alga marrón de sabor dulce, ideal para ensaladas con una buena vinagreta. Puede comerse tras el remojo y además no aumenta de volumen.
Nori: Es el alga de mayor contenido en proteínas. Es el alga típica del maki japonés, los rollitos de arroz se envuelven en este alga después de tostarla.