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La tensión sube sin avisar. Un día cualquiera, alguien con bata blanca haciéndote un reconocimiento médico de empresa, te anuncia que tienes la tensión alta y ha llegado el momento de saber qué es y cómo cuidarte a partir de ahora.
Este solo es un ejemplo de la forma más común de enterarse, pero muchas personas lo descubren de mala manera. Por ejemplo, un subidón de tensión que les hace ir al hospital o pasear durante meses un “mareillo” extraño que acaba con una visita al médico y llegando al mismo punto, la hipertensión arterial.
El sistema circulatorio funciona como un ingenio de fontanería complejísimo, que cuando recibe un volumen de líquido mayor del que debiera soportar, se colapsa, funciona mal y se estanca. Esto provoca que el corazón, que es la bomba que dirige al líquido con la fuerza suficiente como para llegar a todas partes, desarrolle un trabajo insoportable musculándolo, haciéndolo más grande, más torpe y más cansado. Tiene que durarnos toda nuestra larga esperanza de vida y este es nuestro objetivo: quitarle trabajo al corazón para vivir más ligeros y sanos.
Hay una hipertensión esencial que aparece porque nos ha tocado en la lotería genética. Hay que medicarse sin falta. Habla con tu médico si este es tu caso y andas por ahí tan ricamente esperando a que se corrija. Madres de 60 y tantos muy cabezotas con este problema, haced el favor de ir al médico. La relajación no lo puede todo. Existe otro tipo de hipertensión a la que podemos aplicar medidas nutricionales muy prácticas:
Por sanko, 17 de octubre de 2012
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Por Mari Carmen, 13 de noviembre de 2012
Existe una dieta que se creo especificamente para reducir la hipertensión arterial y se ha demostrado que es muy efectiva, en el siguiente enlace viene detallada y los estudios que se han hecho sobre ella: http://www.vidasanaintegral.com/que-es-la-dieta-dash/